octubre 16, 2008

el Ser autoconciente

Lo que sea la profundidad de tu ser, así será tu deseo
Lo que sea tu deseo, así será tu voluntad
Lo que sea tu voluntad, así serán tus actos
Lo que sean tus actos, así será tu destino.

Brihadaranyaka Upanishad IV, 4.5


La adaptación a los cambios no es precisamente una tarea fácil para nosotros los hombres que, sumidos generalmente en la necesidad de certidumbre, encontramos explicaciones siempre “afuera” del porqué decidimos, describimos, trazamos y accionamos la vida que experimentamos.Este quehacer en torno a la adaptación, es parte esencial del cómo entendemos nuestra propia existencia como raza, es parte del concepto evolutivo que nos guía incesantemente a proponer la contradicción que dice que lo único permanente es el cambio.

Al vernos nosotros mismos sosteniendo un sistema de pensamiento que privilegia el hedonismo, el bienestar privado, la felicidad individual antes que la colectiva y que ubica a la humanidad en un plano de competición permanente, nos lleva a tomar decisiones en torno a estos parámetros, lo que nos provoca enfermedades físicas, emocionales y mentales; esto a su vez dificulta nuestra capacidad para mantener relaciones sociales constructivas, estables y duraderas.

Lo anterior es una circularidad que, lejos de ser una tarea titánica e inalcanzable, es muy posible si se muestra, utilizando formas conceptuales sacralizadas, materializadas en prácticas y rituales; que cada uno de nosotros es responsable de las relaciones que mantiene y que, el asumir esto, no implica vivenciar nuevas consecuencias; lo que implica es aceptar que cada uno posee el potencial o talento para generar la estructura relacional que se plantee para sí mismo, desde sí mismo.

Mirarse no es fácil, conocerse a si mismo es de un trabajo que puede durar toda la vida; forma parte del entendimiento de que estamos en construcción permanente, sin embargo, las técnicas que se utilizan para lograrlo, permiten abrir las puertas de un mundo borroso y escurridizo que es el de observar al observador o reconocer el YO.

Prácticas ancestrales de sanación, como Yoga, Meditación con Canto de Armónicos, Temascal, entre otras; además de relajación en termas, paseos por bosque nativo y comida saludable, permiten Trasladar o descontextualizar a las personas, para que se introduzcan en un mundo con significados nuevos y puedan desde ahí, abrir su perspectiva acerca de lo que son, de cómo actúan, de las repuestas que ofrecen al medio y cómo enfrentan las dificultades.




Bienvenidos.

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